El whisky, una de las bebidas alcohólicas más consumidas en todo el mundo, se obtiene a partir de la destilación de malta fermentada de cereales y el posterior envejecimiento en barriles de roble. Aunque, como otras bebidas destiladas, se producía desde la antigüedad, el primer whisky como tal se elaboró a finales del siglo XV en Escocia. Fue un monje el que destiló malta de cebada y produjo una bebida que inicialmente se administró como medicina. Los efectos provocados por el alcohol hicieron que su popularidad se extendiera rápidamente y el consumo ya no tuviera únicamente fines terapéuticos.
La producción del whisky comienza con el malteado de la cebada, cuyo grano es mojado y escurrido para su posterior germinación en depósitos de gran capacidad. Este proceso permite obtener azúcar a partir del almidón del cereal. Tras la germinación, la cebada se seca en hornos a unos 70 grados lo que provoca que adquiera un color oscuro característico. Después de este proceso ya tenemos la malta que, seca y tostada, se mezcla con agua caliente y levaduras que propiciarán la fermentación durante tres días. El mosto obtenido se somete a una doble destilación en alambiques para conseguir un whisky de entre 60 y 70 grados. Finalmente, el destilado es envejecido en barriles de madera que darán el toque final a la bebida en función de la edad de las barricas, si están quemadas o no, y si han contenido con anterioridad vino de Jerez o Bourbon. La madera ha de ser siempre de roble y es la encargada de dar la personalidad final al producto, en cuanto a sabor y olor, aunque el color es modifica al añadir caramelo.
Existen dos tipos de whisky por el tipo de cereal empleado: de malta, que es el más popular, y el de grano, en el que se emplea grano de cebada u otro tipo de cereales sin maltear. Además, los whiskys se clasifican también por su país de origen: el escocés es el más popular y su producción está totalmente regulada, pero se produce también whisky en otros países de influencia anglosajona como Irlanda, Estados Unidos (donde se produce el bourbon, a partir de maíz), Canadá, Gales, Japón e India (donde se produce algo más parecido al ron), aunque en el resto de Europa también hay destilerías que mayoritariamente emplean el método escocés.
El whisky es uno de los destilados más consumidos en todo el mundo. Junto con la ginebra y el ron, es la bebida alcohólica más popular. Hemos realizado una selección de los mejores whiskys escoceses y, como en toda selección, se han quedado fuera marcas que, sin duda, merecerían estar en ella. Hay que dejar claro que en esta lista no predominan ni el precio ni la antigüedad del producto, simplemente nos hemos dejado llevar por la calidad del whisky, es decir, por su complejidad, su sabor, su olor, su color… Estas son nuestras 15 maravillas
Vintage Balblair 1975: whisky elaborado por Balblair, destilerias fundadas en 1790 y las más antiguas de cuantas quedan en activo en Escocia. Tiene un color ámbar cobrizo, cremoso al paladar, fácil de beber a pesar de su complejidad y carga de matices. Solo hay 3.000 botellas en todo el mundo y en 2010 recibió el primer premio en los World Whiskies Awards.
The Macallan 1824 Estate Reserve: otro destilado excepcional, creado por Bob Dalgarno. Presenta un sabor intenso, afrutado, es ideal para beberlo solo por su potente retrogusto, aunque se puede disfrutar también bebiéndolo con hielo, agua o ambas. Es un whisky exclusivo elaborado en barricas que albergaban jerez.
Chivas Regal 18: whisky escocés premium que mezcla más de 20 de los más exclusivos whiskies de malta, por lo que el resultado final es complejo, con multitud de sensaciones en el paladar y en la nariz. Se aprecian aromas frutales, notas de chocolate, cítricos… Ideal para tomar solo, pero también con hielo y/o agua.
The Macallan 64 Single Malt in Lalique: Este whisky es fruto de la unión de las destilerías The Macallan y la firma francesa de diseño Lalique. El motivo de esta alianza fue la celebración del 150 aniversario del nacimiento de René Lalique y el resultado fue la botella de whisky más cara y exclusiva del mundo: solo una botella, realizada artesanalmente, con el whisky más antiguo de la destilería escocesa. Durante su presentación recorrió el mundo para ser subastada finalmente por la casa Sotheby's con fines solidarios por 460.000 dólares.
Highland Park 50 años: El whisky más antiguo de esta destilería escocesa necesitaba una botella inolvidable y por ella se creó una edición limitada de 275 unidades, creadas por el diseñador de joyas escocés Gillies Maeve y hechas a mano con adornos de plata que recuerdan al mar, el clima de Escocia y su historia. El resultado es un whisky con notas dulces, anaranjadas y con un toque final picante-
Johnnie Walker Blue Label: Esta conocidísima destilería ofrece su mejor producto, algo que antiguamente solo realizaba con la familia real británica. Este whisky es el fruto de mezclar 40 whiskies exclusivos, envejecidos 50 años, lo que ha permitido crear un destilado único, con el aroma ahumado característico de Johnnie Walker. Cada una de las botellas se presenta en cajas con un número de serie escrito a mano. Existe también una serie especial con una botella diseñada por Porsche Design.
Lagavulin 16: Lagavulin, producido en la isla de Islay, es un tipo de whisky ideal para los amantes del whisky ahumado, presenta un sabor agradable, predominantemente seco aunque con un toque dulce. Este whisky de 16 años es uno de los mejores de esta destilería, que presume de la lentitud de su proceso de destilado. La edición de 16 años es una de sus mejores creaciones.
Ardbeg Ten: Cierra esta lista uno de los whiskys de culto. Sus fieles seguidores consideran que se trata del whisky que más se acerca al original y, aunque es ahumado como todos los producidos en Islay, tiene unos toques que de entrada pueden resultar complejos, pero los que finalmente se enganchan a Ardbeg Ten no pueden dejar de disfrutarlo.