El brandy es uno de los destilados más exquisitos y populares que existen. Tiene su origen en la destilación de fermentos de vino que permite obtener un licor de alta graduación, ideal para tomar solo, aunque con el paso de los años se ha ido combinando con refrescos o café. El origen del brandy está en el uso de vinos de poca calidad que eran empleados como 'vinos de quema' y para ello se enviaban a Holanda ya quemados, de ahí el nombre que reciben los vinos destilados que se emplean en la producción de brandy: holandas. Este aguardiente no supera los 70 grados y es transparente. El proceso de envejecimiento en barriles de roble le da su color característico.
Aunque está convenientemente aclarado no está demás recordar que el brandy no es una versión española del cognac, sino más bien al contrario: el cognac
es un brandy producido en la región francesa de Cognac.
La diferencia más significativa entre el cognac y el brandy español (de Jerez y del Penedés) es el método de envejecimiento, que en España se realiza por el método de soleras y criaderas en el que el brandy es continuamente trasegado. Las dos grandes zonas productoras de brandy español son Jerez y el Penedés, ambas con su propia denominación de origen, aunque también se producen sensacionales brandys en otras zonas como Murcia o Huelva.
En Jerez se emplean barricas de roble americano, empleadas previamente para envejecer vino de Jerez, y en el Penedés se utiliza roble de Limusin. También existe una diferencia en el método de destilación, ya que en Jerez se utilizan alquitaras y en el Penedés se usa preferentemente la destilación a vapor.
Las bodegas jerezanas, que se encuentran en Jerez, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda, son más antiguas que las catalanas y también más conocidas en el extranjero, aunque en son muy afamadas las Bodegas Torres.
Por último, conviene recordar los tipos de brandy de Jerez existentes: Solera, envejecido por el sistema de criaderas y soleras con un tiempo de envejecimiento superior a seis meses; Solera Reserva, con un tiempo de envejecimiento superior a un año y el Solera Gran Reserva, con un tiempo de envejecimiento superior a tres años.
Aquí hemos recogido una selección de 15 brandys considerados entre los mejores de España.
Las bodegas murcianas Bernal, fundadas en 1889, empezaron a producir su primer brandy ese mismo año y 76 años después pusieron a la venta las primeras botellas. Desde 1965 han ido ofreciendo el Constitución Reserva Especial, también conocido como Plata por la cadenita de plata que le acompaña. Es un brandy complejo, aromático, de final poderoso, propio de su larga crianza. Bodegas Bernal parte de 12,7 litros para conseguir un litro de este elixir. La presentación está acorde con la calidad del contenido: la botella se fabrica artesanalmente, no hay dos iguales. Su precio supera los 100 euros.
Este brandy jerezano es producido por la Bodega Equipo Navazos utilizando tres botas que durante muchos años se dedicaron a la crianza de fino en una bodega de El Puerto de Santa María. Equipo Navazos ha apostado por la renovación de los vinos y brandys andaluces y por ello utiliza holandas (destilados de vino) muy selectas y envejecidas en toneles de roble americano. nvejeciendo en botas de roble americano. Se embotella en ediciones muy limitadas (750 botellas). Es un brandy dorado, perfumado, suave, pero complejo y equilibrado. Su precio se sitúa sobre los 75 euros.
Producido por Bodegas Barbadilla, de Sanlúcar de Barrameda, es un brandy de Jerez sensacional, que enveje más de 20 años en bodega. Es un destilado de enorme calidad, de producción muy limitada, hasta el punto de que cada botella es numerada y firmada. En boca resulta aromático, equilibrado, complejo y con notas de roble. Se presenta en un artesanal decantador de vidrio que convierte cada botella en una joya. Su precio ronda los 60 euros.
Brandy producido de manera limitada inicialmente por las bodegas malagueñas Larios, que con una tradición de más de 100 años ofrecen un producto muy armonioso, equilibrado y suave. En la actualidad pertenece a Pernod Ricard. La clave de su calidad está en la elección de los mostos, la destilación en alquitares y el envejecimiento de las holandas en botas de roble americano durante más de once años. Su precio se sitúa sobre los 50 euros.
Brandy catalán producido por Bodegas Torres. Se trata de un producto de altísima calidad, noble, complejo y persistente. Las holandas proceden de vinos blancos de las variedades Parellada y Folle Balche, destiladas en alambiques de cobre y con una larga crianza en barricas de roble americano por los que han pasado brandy muy añejos. Se presenta en una preciosa botella, en consonancia con el contenido. Su precio es de 70 euros.
Carlos I Imperial, Solera Gran Reserva, es un brandy jerezano producido con holandas procedentes de vinos sometidos a un control previo a su destilación. Se envejece durante más de 15 años en barricas de roble americano que durante años han contenido vino de Jerez. El envejecimiento se realiza por el sistema de criaderas y soleras que dan pie a un brandy de color ámbar intenso, fino, con muchos matices. Cuesta unos 50 euros.
Brandy producido en La Mancha desde 1820 por la bodega Juan Antonio Peinado, de Tomelloso. Emplea el mismo método de envejecimiento de las bodegas jerezanas mediante soleras y criaderas, aunque el origen de las holandas es el de las mismas que abastecieron durante el s. XIX a la region francesa de Charante. Es un brandy excelente, de color caoba, sútil y complejo. Su precio supera los 150 euros.
Sensacional brandy producido por Bodegas Rubio, ubicadas en La Palma del Condado (Huelva). Se trata de un magnífico producto que mantiene desde finales del siglo XIX su altísimo nivel gracias a su crianza artesanal y muy limitada, de unas 10.000 botellas al año. Destaca por su color oscuro, aroma inigualable y suavidad suave. Tiene una antiguedad media de 60 años. Su precio se sitúa en los 80 euros.
Brandy jerezano producido por las bodegas William Humbert. Es un destilado majestuoso, de tonos oscuros, entre caoba y ébano, de intenso aroma y profundo sabor fruto de una larga crianza por el sistema clásico jerezano de criaderas y solera en barricas de roble americano durante más de 20 años. Su precio en el mercado supera con creces los 100 euros.
Este brandy jerezano, de Bodegas Osborne, es bonito por fuera y por dentro. Por fuera, por la mítica botella que en 1964 diseñó Salvador Dalí por encargo de Osborne. Se trata de una obra escultórica en porcelana blanca. Por dentro, por el excelente brandy que es fruto de un trabajo artesanal y tradicional a lo largo de más de 200 años. Cuesta unos 65 euros.
Cardenal Mendoza tiene su origen en 1981, cuando la bodega Sánchez Romate Hermanos decidió hacer una reserva de Cardena Mendoza pensando en el siglo XXI. Es suave, elegante, de color caoba oscuro, luminoso y transparente. Se presenta en una botella exclusiva y serigrafiada. Su precio ronda los 70 euros.
Producido en Jerez por bodegas Rey Fernando de Castilla, este brandy proviene de destilados de vinos blancos, envejecidos en barricas que fueron utilizadas para producir vino de Jerez. Tiene un color caoba dorado, aromas limpios y elegantes, es suave y equilibrado con toques a roble. Su precio ronda los 175 euros.
Otro brandy excepcional. Producido en Jerez por González Byass, es famoso por envejecer en botas de roble americano en la que anteriormente reposó el famoso Tío Pepe. Envejece durante doce años siguiendo el sistema tradicional de sriaderas y solera y el resultado es una brandy brillante con reflejos dorados, muy aromático y delicado. Cuesta unos 26 euros.
Brandy de Jerez con mucha historia, ya que tuvo mucho éxito en América a principios del siglo XX. Se envejece en barricas de roble de Costa Rica y resulta muy seco y suave. No es tan famoso aquí como otros brandys jerezanos, pero sigue teniendo renombre en Centroamérica. Tiene un color caoba oscuro, brillante y transparente. Su precio ronda los 25 euros.
Otro brandy de las bodegas catalanas Torres.En este caso se trata de un brandy excepcional, elaborado con las más viejas soleras en barricas de roble desde 1960, año en el que el titular de las bodegas empezo su añejamiento. Tiene un color ámbas oscuro, es complejo en boca, con notas de especias y con un final majestuoso y persistente. El método de crianza es estático con un envejecimiento de 40 años en las holandas más antiguas. Se presenta en una elegante caja que contiene una botella preciosa. Su precio ronda los 275 euros.