San Valentín, día que muchos enamorados celebran, es una excusa perfecta para acercarse a algunos de los lugares más románticos del mundo. Naturalmente hay muchos más en los cinco continentes porque descubrir el romanticismo no depende tanto del escenario como de la motivación de la pareja. Aquí proponemos algunos que, por supuesto, pueden visitarse en cualquier momento.
La tumba de Abelardo y Eloísa
Aunque a primera vista un cementerio no parece un lugar romántico, siempre hay formas de verlo. Fantasmas, espíritus, mensajes del más allá y hasta efectos benéficos para la fecundidad abundan, o eso
dicen, en el cementerio parisino de Père Lachaise, uno de los veinte que hay en París y uno de los más famosos del mundo, aunque solo sea por el número y categoría de los personajes enterrados en él.
Aunque cuando fue construido no tuvo mucho éxito y apenas unas decenas de inquilinos lo eligieron, la llegada de personajes célebres lo hizo cada vez más popular. Desde los eternos amantes Abelardo y
Eloísa, genios de la literatura como Moliere y La Fontaine, o de la música como Chopin o Georges Bizet, políticos como el español Manuel Godoy y personajes más recientes como Maria Callas y Jim
Morrison reposan en algunas de las singulares tumbas del camposanto que, ya de por sí, constituyen una verdadera galería de arte escultórico. Aunque lo de reposar es un decir, ya que más de dos
millones de personas, no precisamente deudos, lo visitan cada año y pasean entre sus más 70.000 tumbas. Una de las más visitadas es la de dos personajes símbolos del amor: Abelardo y Eloísa, los
amantes medievales que dieron origen a la más antigua historia de amor de París. Por cierto, que acabó bastante mal: ella metida a monja y él castrado. Y ya que estamos en París, ciudad romántica por
excelencia, hay que animarse a visitar el Museo Rodin, en la margen izquierda del Sena, donde se puede contemplar El Beso, la escultura en mármol más famosa de este escultor del siglo XIX, que
representa a Paolo y Francesca, personajes de La Divina Comedia de Dante, que fueron asesinados por el marido de Francesca cuando les sorprendió besándose. Desde entonces quedaron condenados a errar
en los infiernos. Otro de los lugares más visitados por los enamorados en París es el llamado Muro de los “Te quiero”, en el barrio de Montmartre.
Historias de amor entre príncipes y doncellas
¿Quién dijo que los personajes de los cuentos infantiles no existen y que sus historias de amor no son enternecedoras? Desde luego no los responsables del turismo de Alemania que han lanzado la Ruta
de Cuentos de Hadas, al hilo de las huellas de los hermanos Grimm, creadores de estas míticas historias de príncipes y princesas. De Bremen a Hanau hay un camino trazado donde los sueños de la
infancia se hacen realidad. Un viaje de 600 kilómetros que nos traslada a principios del siglo XIX y donde uno puede toparse con el palacio de la Bella Durmiente, adentrarse en el bosque donde se
perdió Caperucita, escuchar a los singulares Músicos de Bremen y hasta es posible que Blancanieves y los Siete Enanitos salgan a nuestro encuentro. Este itinerario, ideal para recorrer en familia por
la magia y la placidez del trayecto, une setenta ciudades y pueblos gracias a las fantásticas historias que los hermanos Grimm escribieron a lo largo de su vida. Atravesando pintorescos pueblos y
privilegiados espacios naturales se encuentran casitas de chocolate, zapatitos de cristal, flautistas embaucadores de ratones, gatos con botas y animales que ejercen de músicos. Y es que aquí los
sueños se hacen realidad y en muchos de estos lugares se es recibido por los personajes de los cuentos, que escenifican las historias en los mismos escenarios donde se inspiraron. El viaje se inicia
en Hanau, una ciudad próxima a Frankfurt donde nacieron los hermanos Grima. En la ribera del río Leine se descubre el pueblo medieval de Alfeld, puerta de entrada a la tierra de Caperucita Roja, la
ruta continúa por Sababurg, en cuyo castillo el príncipe besa a su Bella Durmiente para despertarla del sueño eterno. En Trendelburg se puede mirar el extenso bosque Reinhardswald desde la torre de
Rapunzel y en Polle visitar las ruinas del castillo de Cenicienta. En Kassel, donde vivieron y trabajaron los Grimm se encuentra el museo dedicado a ellos, ubicado en el Palacio de Bellevue, que
recuerda que fue en este lugar donde reunieron la mayoría de los cuentos que conforman su colección.
Frente al balcón de Romeo y Julieta
Verona es por excelencia la ciudad de los enamorados, y aunque no la conociera, inspiró a Shakespeare su inmortal drama Romeo y Julieta, los enamorados más famosos del mundo, la historia de amor y
odio entre los Montesco y los Capuleto. Hoy cientos de miles de turistas viajan hasta allí para recorrer la casa de los Capuleto y sumar mensajes de amor a los cientos que ya se han dejado en el
balcón de Julieta (que en realidad se añadió en 1928) o visitar su tumba en el monasterio San Francesco al Corso, o la casa de Romeo. Declarada Patrimonio de la Humanidad, Verona es un compendio de
arte, entre sus lugares imprescindibles están la fuente de La Madonna Verona, La Arena donde se celebra su célebre festival de ópera, el Ponte Pietra, el Domus Mercatoru, el Palazzo Maffei (1668), la
Piazza dei Signori... pero, además por toda las ciudad se desparraman las estatuas, frisos, frescos, portones, inscripciones, ventanas medievales y fuentes que se conservan en Verona. Una de las
últimas novedades en la ciudad es la posibilidad de casarse en el mismísimo balcón de Julieta, con tus invitados instalados en el patio. Lo organiza el propio ayuntamiento de la ciudad y cuesta 600
euros. Curiosamente, la ciudad de Romeo y Julieta, fue nombrada Capital de la Homosexualidad en 2011 tras una votación en la que estuvieron como finalistas Fancfort, Kuala Lumpur, Amsterdam, San
Petersburgo y Austin.
El más bello monumento al amor
En la ciudad de Agra, estado de Uttar Pradesh en la India, a orillas del río Yamuna, se encuentra el Taj Mahal, un complejo de edificios construido entre 1631 y 1654, por el emperador musulmán Shah
Jahan de la dinastía mogola. El imponente conjunto se erigió en honor de su esposa favorita, Arjumand Bano Begum —más conocida como Mumtaz Mahal— que murió en el parto de su decimocuarta hija. Estaba
casado con varias mujeres, pero al encontrarse en un bazar ambos quedaron prendados, cuenta la leyenda. Aquel flechazo convirtió a Mumtaz en la favorita del sultán y selló una de las historias de
amor más veneradas del mundo. Se estima que su construcción necesitó el esfuerzo de unos 20.000 obreros. El Taj Mahal, además de ser considerado el más sublime edificio consagrado al amor, es también
el más bello ejemplo de arquitectura mogola, estilo que combina elementos de las arquitecturas islámica, persa, india e incluso turca. El monumento ha logrado especial notoriedad por el carácter
romántico de su inspiración. Aunque el mausoleo cubierto por la cúpula de mármol blanco es la parte más conocida, el Taj Mahal es un conjunto de edificios integrados. Desde primera hora, miles de
parejas atraviesan el portón de entrada y se topan con los jardines musulmanes con el palacio al fondo. La luz natural cambia el mármol blanco y sus piedras preciosas. El mármol rojo, acarreado por
elefantes desde el noroeste indio, enciende la cúpula en forma de cebolla que simboliza la corona que Mumtaz no tuvo. A poco de terminar la obra en 1656, Shah Jahan cayó enfermo y sus hijos se
revelaron contra él, le mantuvieron en arresto domiciliario que cumplió en el cercano fuerte de Agra. La leyenda cuenta que pasó el resto de sus días mirando por la ventana al Taj Mahal y, después de
su muerte en 1666, fue sepultado en el mausoleo al lado de su esposa, generando la única ruptura de la perfecta simetría del conjunto. Se dice también que después de terminar dicha obra
arquitectónica el emperador hizo que a los obreros se les cortara las manos para que jamás construyeran otra obra igual.
El callejón del beso
En la ciudad mexicana de Guanajuato cuentan un drama romántico. En el siglo XVIII, el padre de Doña Ana desaprobaba el compromiso de su hija con el apuesto Don Carlos. Para rehuir al padre, el chico
compró la casa de enfrente. Una de sus ventanas daba a un callejón tan estrecho que podían tocarse con las manos de balcón a balcón. Con la ayuda de la dama de compañía, los enamorados se citaron en
aquel lugar clandestino. Fue la primera y única vez que lo hicieron. El intransigente padre clavó un puñal sobre su hija mientras Don Carlos la besaba. Ante lo inevitable, Don Luis dejó un tierno
beso sobre aquella mano tersa y pálida, ya sin vida. Las parejas que visitan esta angosta y colorista callejuela comprueban que sus 68 centímetros de ancho bien permiten un beso, en un precioso
barrio enclavado en las laderas del Monte del Gallo, y es tradición besarse al subir el tercer escalón y así recibirán siete años de buena suerte. Afortunadamente no existe la tradición de la
puñalada.
El escenario que acogió a San Valentín
Roma es el lugar perfecto para casi todo. Historia, cultura, arte, religión, vida, ambiente... se dan cita en la Ciudad Eterna. También Roma fue el escenario en el que un joven sacerdote cristiano de
nombre Valentino se dedicaba a casar a parejas jóvenes en contra del criterio del emperador Claudio II que pensaba que los jóvenes solteros eran mejores soldados. Su afán por hacer felices a las
parejas le costó el martirio y la muerte, justo un 14 de febrero, aunque 200 años después el Papa lo hizo santo y ya desde entonces es el patrón de los enamorados. Naturalmente en Roma leyendas o
historias como estas son perfectamente creíbles y no faltan los lugares románticos en los que revivirlas. Mucho más reciente es, por ejemplo, la costumbre de utilizar las farolas del puente Milvio,
uno de los muchos que atraviesan el Tíber construido en el siglo III, para atar candados colgados sobre un poste de luz como señal de amor. El “ritual” consiste en que la pareja debe besarse, sujetar
el candado al poste y luego tirar la llave al Tiber. Todo inspirado en los protagonistas de la novela “Tengo ganas de ti”, de Federico Moccia. Pese a que la historia comenzó en 2006 y que el éxito
fue tal que en 2007 el peso de todos los candados hizo que se cayeran las farolas, y aunque desde 2012 está prohibida la costumbre, los candados siguen apareciendo de vez en cuando, como también en
distintos puentes de otras ciudades, desde París o Sevilla a Montevideo. Otro de los lugares que ningún enamorado se pierde en Roma es la célebre Fontana de Trevi. Es la más ambiciosa de todas las
fuentes monumentales barrocas de Roma. Dicen que si se arrojan tres monedas se regresará a Roma y está visto que todo el mundo lo cree porque cada día se recogen más de 3000 euros que se destinan a
fines benéficos.
La playa de Afrodita
Cuenta la leyenda que, de entre todos los lugares del Mediterráneo donde Afrodita, la diosa más querida del Olimpo, pudo elegir para tentar a los hombres, fue Chipre el elegido. Tenía todo lo que la
diosa del amor, la belleza y la fertilidad podía pedir: un mar transparente, una naturaleza virgen, unas gentes familiarizadas con las aventuras terrenales de los dioses. Y en efecto hoy, milenios
después, la isla más oriental del Mare Nostrum, la tercera más grande, la única dividida en dos naciones, está llena de lugares que rememoran el paso de la diosa. Aquí está, en medio del tramo más
bello del litoral de Chipre entre Pafos y Limasol, la Roca de Afrodita, el punto exacto donde la diosa emergió de las aguas en una concha tirada por delfines. Es un conjunto de tres extrañas rocas,
de naturaleza inhabitual en la zona, próxima a una playa con guijarros. En invierno apenas se acerca hasta ella un pescador solitario que busca un pez despistado. Pero en primavera y en verano el
lugar se llena de grupos de turistas que fotografían incansables las tres míticas rocas. Y durante todo el año se acercan mujeres infértiles o solitarias que atan lazos en un matorral, confiando en
superar, gracias a Afrodita, su problema. Los más atrevidos dan una o varias vueltas nadando alrededor de la roca confiando en que, según la tradición, rejuvenecerán un año por cada vuelta.
La colina de los enamorados
La llamada colina de los enamorados está en pleno centro de Praga, bordeando la zona del castillo de la ciudad y levantándose directamente sobre el río Moldava. Es muy fácil reconocerla porque está
presidida por la Torre Petrín, una réplica de la Torre Eiffel desde la que se ofrecen unas magníficas vistas de Praga. Este es un parque al que las parejas suelen ir para pasar el tiempo libre y que
acoge en una de sus laderas una estatua de bronce del poeta Karel Hynek Mácha representante del romanticismo checo en el siglo XIX. En torno a esta estatua se cuentan varias leyendas de amor. La más
popular es que si se coloca una flor en el pedestal del monumento serás amado para siempre por tu pareja. También dicen que los que se besan junto a la estatua se amarán para siempre. Cerca del
mirador de Petrín los enamorados podrán entrar en el laberinto de espejos, muy popular entre los checos. Fue uno de los pabellones de la Exposición Nacional de Praga de 1891 y representa la antigua
puerta de entrada al monte Vysehrad, otro legendario lugar de la ciudad. Y, naturalmente, para seguir disfrutando de su amor disponen de toda la ciudad, una de las más románticas de Europa y a la que
Goethe definió como la 'más bonita joya de la corona del mundo'.
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(Fuente: E. Sancho/Open Comunicación)