Baena, punto central del 'nuevo' Camino de Santiago Mozárabe

Baena, la villa blanca cordobesa, ha sido desde siempre cruce de caminos, punto central de rutas comerciales o religiosas que comunicaban distintos lugares de la Península Ibérica. Ahí están para demostrarlo los restos recuperados y los que todavía guardan celosos sus tesoros de Torreparedones, ibera y romana primero, enclave militar después durante el Medievo y hoy interesantísimo encalve arqueológico muy oróximo al pueblo. Hace siglos la villa medieval se desbordó hacia el llano y el camino al hilo de calles largas y empinadas donde se escalonan edificios religiosos y civiles, mansiones señoriales y casas blancas de cal y teja que componen un delicioso conjunto en el que flota la huella del pasado andalusí.

Baena ha sido también y sigue siendo punto esencial de la llamada Ruta del Califato, que forma parte del Legado Andalusí, unos caminos que hacen historia, una aventura para el espíritu, un fascinante recorrido de sensaciones. La ruta del Califato se tiende entre Córdoba y Granada, y entre ambos polos bascula el fabuloso legado cultural, religioso, político y social que supuso la estancia de los musulmanes en la Península. Córdoba, el apogeo, el brillo cegador que hizo palidecer a las demás ciudades de Occidente. Granada, el refinado manierismo terminal de toda una civilización puesta en jaque. Y entre medias, los castillos, las ciudades que primero fueron postas o jalones de un intercambio más o menos accidentado, y después campamento y base para asediar Granada. Esta Ruta no es sólo una lección de historia. Es además un disfrute estético, un goce de los sentidos.

Baena es también lugar de parada y recogimiento de los Caminos de Pasión un recorrido por la Andalucía auténtica, donde conocer y sentir la ancestral y fervorosa manera de vivir del pueblo andaluz. Son caminos de emoción, caminos de cultura, caminos de los sentidos, caminos de la tradición, caminos de lo auténtico. En Caminos de Pasión se encuentra la expresión más genuina de la pasión andaluza por el sol, la fiesta, el flamenco, la Semana Santa, el patrimonio histórico-artístico, el vino, el aceite de oliva, la artesanía y la gastronomía.

Ahora, Baena es también un punto esencial del 'nuevo' Camino de Santiago Mozárabe formado por un conjunto de vías de comunicación históricas del sur y el centro de la Península Ibérica que adquirieron especial importancia durante la Edad Media ya que unían los importantes puertos de Al-Ándalus con las grandes ciudades del interior, especialmente Mérida, donde continúan el camino por la Ruta Jacobea de la Vía de la Plata. No se trata de rutas históricas convencionales de peregrinación jacobea, el Camino Mozárabe lo utilizaban los cristianos que vivían en los reinos árabes para enlazar con la Vía de la Plata hasta Santiago de Compostela, siendo una de las rutas más antiguas del Camino de Santiago, casi desde el momento mismo hace mil años del descubrimiento de cuerpo del apóstol en tierras gallegas. Estos cristianos, que recibieron el nombre de mozárabes, consiguieron perseverar en su fe y aquilatar una cultura religiosa propia.

Curiosamente este mismo camino que los peregrinos siguen con devoción al encuentro del apóstol, es tristemente célebre por haber sido el mismo que marcó el temible caudillo musulmán Almanzor, en su viaje de ida y vuelta para saquear Santiago de Compostela. En la actualidad se distingue perfectamente entre la Vía de la Plata y el Camino Mozárabe. Éste es un camino completamente diferenciado del anterior, que discurre a lo largo de 380 kilómetros por los bellísimos territorios de Córdoba, Granada, Jaén y Badajoz. En esta provincia, en Mérida, enlaza con la famosa Vía de La Plata, que en la localidad de Puebla de Sanabria, en la provincia de Zamora, entronca con el llamado Camino Sanabrés hasta Compostela. Ofrece, además, la posibilidad de enlazar con el Camino Francés y con el Camino Portugués.

Patrimonio histórico

Baena, casi en mitad del camino entre Granada y Córdoba, deslizándose en las laderas de un cerro, formando un conjunto urbano de calles sinuosas y estrechas, salpicado de viviendas tradicionales y casas señoriales, posee un rico patrimonio histórico y religioso. Como suele comentar su anterior alcaldesa, actual Consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, la entusiasta María Jesús Serrano, aquí “hay castillos y leones, tumbas iberas y exvotos, templos romanos, iglesias cristianas, caminos sin fin y cuevas misteriosas, y olivos, y poesía. Y las voces de personas que un día fueron y otras que ahora son".

Hay mucho más que ver y disfrutar en Baena, desde la bellísima trama medieval del Barrio de la Almedina a su castillo ahora sometido a un ambicioso proceso de restauración y sus diferentes iglesias, especialmente la de Santa María la Mayor (siglo XVI), declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional; desde los lagos de la Cueva del Yeso al Embalse de Vadomojón que da cuenta de modernos regadíos y facilita la actividad recreativa y deportiva. Y por supuesto, algunas de sus almazaras donde se elaboran varios de los mejores aceites del mundo y el atractivo Museo del Olivar y el Aceite de Baena, donde los visitantes pueden tener una experiencia, a través de sus cinco sentidos, que les permita acercarse y profundizar en la trama de esta milenaria cultura, combinando el intercambio de conocimiento, con el desarrollo de actividades y la proposición de prácticas saludables.

Sentido religioso

Pero Baena es también lugar de encuentro, de fiesta, de tradición. La villa ofrece durante todo el año numerosas oportunidades para sumergirse en sus raíces, relacionarse con su gente, probar su gastronomía, darse un paseo por sus calles y familiarizarse son sus aromas, sabores, vistas, sonidos, texturas... El momento culminante de sus fiestas es la Semana Santa, aunque como dice uno de sus cofrades “en Baena todo el año es Semana Santa”. Y, en efecto, diversas procesiones e imágenes salen a la calle en cualquier oportunidad. Los festejos en torno a San José y San Isidro, a la Virgen de la Alegría o la de la Cabeza, a Jesús Nazareno o la Virgen de las Angustias son una especie de “ensayo general con todo” para la Semana Santa, fiesta declarada de Interés Turístico Nacional y que aspira en breve a que sea reconocida como de Interés Turístico Internacional.

La Semana Santa de Baena es un placer para los sentidos donde tiene un papel protagonista la figura del cofrade Judío, probablemente única entre los cientos de Semanas Santas diferentes que hay en España y del que llama especial atención su indumentaria, con chaqueta roja bordada, pantalón negro, camisa blanca, pañuelo anudado al cuello, una máscara colorista y casco de metal con impresionantes labrados, sobre el que luce un colorido plumero. La particularidad de sus cofradías y la riqueza de sus tradiciones convierten esta Semana Santa en un acontecimiento de indudable atractivo para el visitante y hacen a la localidad cordobesa poseedora de una de las celebraciones más peculiares. (Fuente: Enrique Sancho/Open Comunicación)

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